jueves, 18 de noviembre de 2010

Toda una celebración en honor a la Chinita


La noche del 17 de noviembre al estado Zulia lo envuelvo un ambiente de fiesta.  En las calles, las casas y las plazas aledañas a la Basílica de la Virgen de la Chiquinquirá, en Maracaibo,  se respira la fe, se siente la devoción y hasta se puede palpar el gran amor que los zulianos sientes por “La Chinita”. De lejos, vista desde arriba, la religiosidad adquiere una estampa más humana. El 18 en la mañana, Maracaibo parece un hervidero: hay vendedores de estampitas, hay niños jugando, gaiteros cantando y hay, sobre todo, feligreses que aguardan con paciencia las actividades marianas. Hay clamor, hay paz. Todos son iguales, todos comparten un mismo sentimiento: festejar un año más de la virgen que apareció reflejada en una tablita de madera que flotaba en las dulces aguas del Lago de Maracaibo. Desde temprano la ciudad se paraliza y todo, absolutamente todo, se concentra en la veneración. Ese 18 de noviembre no se trabaja, y en  las casas decoradas en su totalidad con luces también se divisan pequeñas virgencitas rodeadas de flores y velas.

Según los cálculos, más de 100.000 almas se congregan en la Plazoleta de la Basílica. Feligreses de todas partes del país, que viajan en esta fecha para rendir homenaje, cantar serenatas y recordar las vivencias de su juventud. Las promesas también se cuentan dentro de las actividades. Mujeres que antes no podían concebir, ahora cargan a su hijo de camino a la misa; hombres que estaban desahuciados pasean su vigorosa salud mientras llevan en sus manos una ofrenda floral a la Virgen. “Tal como se lo prometí a mi virgencita”, es la frase más repetida del día.

Este año se celebra los 301 años de la renovación milagrosa de la Virgen de Chiquinquirá, y como todos los años, miles de cuerpos llenos de fe marcharán bajo el inclemente sol para venerarla. El próximo encuentro religioso, previsto para el próximo 4 de diciembre, volverá a paralizar al estado, pues para esta fecha miles de zulianos acompañarán a la Virgen en su subida al altar, para aguardar hasta el año siguiente. 





Texto: W. Navarro/ Fotos: Internet 

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